Mis tres lugares mágicos




He pensado muchos años que existen lugares con energías muy particulares, donde hay una especia de magia que paraliza el tiempo, donde su belleza o circunstancia te absorbe por completo y uno pasa a ser una especie de testigo. Hay creo muchos lugares que me han sorprendido, ciudades como Dubái en la costa del desierto en el golfo pérsico,  el bullicio de Bangkok donde como dice la película la ciudad te puede comer vivo, y que tiene una mezcla entre pecado y santidad inigualable, tal vez solo por la Ciudad de México.  Por supuesto la isla-paraíso de Bali, que posee tantos lugares que me es difícil hacerlos a un lado en la memoria. Por ejemplo la Zona del Volcán Kintamani donde uno se olvida que está en una isla y parece que te encuentras en una zona de tierras altas, con pinos y clima frio. También el bosque de los changos en Ubud,donde simpaticos macacos buscan robarte algo, no lo sé Bali es mágico en todos sus sentidos.


En fin espero no ser repetitivo pues muchos de estos lugares ya los había señalado de alguna manera, tratare de hacerlo en forma diferente en esta ocasión.


Bamyan: la ciudad de los budas



Bamyan es un refugio en lo alto de las montañas centrales de Afganistán, ya en un post había dado datos muy generales, ahora me centrare más en los recuerdos.
Estuve ahí en varias ocasiones de 2005 y recuerdo el majestuoso valle con la sombra de los budas vigilando la ciudad. La ciudad no es más que un montón de caseríos  con apariencia de haber estado así mas de 1000 años, lo cual no es del todo falso, solo que al ser de adobe probablemente los reconstruyen y reconstruyen.  Es un valle fértil donde los campos de papas corren a lo largo de la ciudad. Había tardes que salíamos a caminar entre esos sembradíos de flores blancas colina abajo donde nos encontrábamos con el mercado. El mercado como cualquiera en Afganistán; ropa usada, frutas y verduras de diferentes calidades y refrescos, y algunas cajas de cerveza entre escondidas entre baratijas y chácharas. En el antiguo mercado algunas tiendas de antigüedades y piedras preciosas que hacían famosos esos lugares, he de confesar que algunos de mis tesoros más extraordinarios los encontré ahí.( un par de monedas persas de hace unos 2000 años)

Lo que más recuerdo de Bamyan eran las noches, al carecer de luz eléctrica la ciudad quedaba oscura, el cielo era increíble, a veces con luna llena se veía al fondo la silueta de la montaña de los budas, era increíble. Al despertar cada mañana y tomar el transporte era maravilloso sentirse cobijado por la sombra del buda.



Pawon: la cocina Budista



Cerca del Borobodur en Yogyakarta Indonesia, hay una serie de templos que están alineados con el Borobodur. Mis guías explicaron que eran (problablemente) templos de peregrinaje y escalas de purificación antes de llegar al templo de la flor de loto, el Borobodur.
Así, el Pawon está en el camino afuera de un monasterio budista, el monasterio está lindo, sencillo, con un bonito templo. El Pawon afuera es una estructura muy poco complicada, es un mini templo donde hay un buda Maitreya sentado. No sé si fue mi sugestión pero como en pocos lugares sentí una paz increíble, una energía misericordiosa que bajó por mi cuerpo. 
Había un debate sobre el nombre Pawon pues al parecer el nombre pareciese querer decir en el lenguaje antiguo: cocina.

Jaco: La isla del fin del mundo




Jaco una isla en el este de Timor Oriental es probablemente una de las playas más increíbles que he visitado, su hermosura no tiene igual, irradia una energía incomparable.
Para llegar a Jaco hay que bajar a un caserío llamado tutuala, ahí hay un par de hotelitos eco-turísticos donde esencialmente uno habita una choza. En Jaco no se puede dormir, es una isla sagrada, al igual no te permiten sacar conchas ni corales. Sin embargo te pueden transportar por la mañana  en una lanchita y dejarte todo el día, puedes arreglar inclusive con los pescadores locales una deliciosa comida, esencialmente pescan el pez más grande que encuentran (dependiendo de tu grupo) y te lo llevan cocinado a las brasas. Definitivamente una experiencia que vale la pena. Si te organizas bien y te llevas bloqueador, una sombrilla y una hielera con cerveza fría (dificil de conseguir hielo fuera de Dili), créeme estas en el paraíso.
La belleza del lugar es capaz de recargar la pila del más negativo de los viajeros.  El Snorkel es también muy recomendado, mejor decirlo es espectacular!.
Jaco está en el fin del mundo, si andas cerca de Bali, pueden tomar un avión a Timor Oriental, un lugar para aventureros.

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